Death to 2020, ¿fracaso cinematográfico o insoportablemente realista?
Por Isadora Barba
2020 llega a su fin, y en el último mes del año, Charlie Brooke, creador de Black Mirror nos trae un falso documental que, aunque venga de la mente maestra de Charlie Brooke, parece haber dejado a críticos y fans con un pésimo sabor de boca.
Death to 2020 relata muchos de los acontecimientos ocurridos durante el 2020, aunque concretamente empieza desde finales del 2019 con los incendios de Australia, también relata el avance del COVID-19 y las protestas a raíz del asesinato de George Floyd.
Y aunque todos estos eventos realmente sucedieron y su seriedad es innegable, el documental no logra darle un ritmo ni creíble ni coherente. Los chistes flojos, obvios y la falta de conexión entre los acontecimientos hacen de esta producción una decepción para los miles de fanáticos que esperaban algo al nivel de Black Mirror.
Lo que sí, es que Los Eternos no venimos a hablarles de lo mismo que podrán ver en las reseñas y críticas que ya proliferan en la red, sino que venimos a hacer una pequeña reflexión acerca del documental y todo lo que lo rodea.
Charlie Brooker y sus decisiones
Este año, al ver los eventos que se suscitaban en todo el mundo, Brooker decidió hacer este falso documental en lugar de hacernos otra entrega de Black Mirror (aunque muchos se lo hubieran agradecido).
Sin embargo, decidió hacer algo diferente, algo principalmente humorístico, pues al ver todo lo que nos ha traído el 2020, consideró que la gente necesitaba “algo más ligero”.
Bueno, esa ligereza se contrapone con el resultado final de Death to 2020, que más que darnos risa, puede llegar a parecer una burla poco consistente y tediosa de un año tan complicado.
Sin embargo, recordemos que Brooker no es ningún tonto y que, en sus propias palabras “Es un pesimista patológico a quien este año no lo ha tomado por sorpresa”
¿Por qué entonces Death to 2020 está tan poco lograda?
Bueno, cualquiera que vea los eventos desde afuera de la pantalla y habiendo pasado hace varios meses atrás, pensará que los problemas son tratados con ligereza y rayan en lo absurdo, torpe y superficial… curiosamente, como en realidad fueron tratados los problemas por muchos de los mandatarios de diversos Estados (no nada más Donald Trump).
El pesimismo patológico, como él lo llama, desde hace varias generaciones genera piezas literarias que han pasado de verse como profecías a verse como ciencia ficción. Pero lo cierto es que la realidad supera la ficción, y muchas veces la superación se da en el sentido más oscuro del ser humano; pensar en el futuro posible y nuestra manera de abordarlo (por mucho que querramos ser pesimistas) siempre podrá ser opacado por nuestra realidad humana, por nuestras acciones egoístas que hacen parecer a lo que nos rodea menos grave de lo que en realidad es.
Realidad y ficción: unidas en la desgracia
Si bien Death to 2020 parece una broma de mal gusto, también la realidad nos lo parece, no sólo por los acontecimientos, sino por nuestra manera de tratarlos. Las figuras políticas que aparecen en Death to 2020 y su torpeza al tratar las problemáticas son sólo un reflejo de la incompetencia que ha reinado todo este año, todos conocemos a alguien que a pesar de tener familia se fue a una fiesta y contagió gente, a alguien a quien las protestas le parecen algo que debe ser acallado para no dar a conocer la incompetencia de su liderazgo (Trump y George Floyd ejemplifican a estas personas).
El fracaso en que se convirtió Death to 2020 nos muestra que cuando se trata de imaginar, hasta el más pesimista ve un rayo de esperanza y finales felices, pero cuando el mundo nos alcanza y la realidad nos supera, ni siquiera usar el humor puede hacernos sentir mejor. No les decimos que vean el documental por ser una joya, sino porque verlo, con todas sus fallas de dirección, argumentativas y hasta contradicciones y cabos flojos, nos hace pensar en si estamos viendo un documental falso o una interpretación terriblemente realista.
Los Eternos estamos a favor del optimismo, de las acciones a favor de la Tierra y de la humanidad, del avance de las tecnologías, pero siempre con la mira en las posibles consecuencias y sin negar que estamos rodeados por intereses y superficialidades, que un poquito, la vida es tan caótica como 2020 y como el documental.
Así que cuéntenos, ¿creen que el pesimismo es realismo?