Breakdance en las olimpiadas, ¿inclusión o apropiación?

Los Eternos Blog
4 min readDec 30, 2020

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Por Isadora Barba

Con los Juegos Olímpicos de 2024 acercándose (aunque probablemente su fecha pueda variar) ya se están preparando, y el Comité Organizador de París propuso hace un año la inclusión de cuatro deportes para los siguientes juegos. La resolución por parte del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Internacional aún está en espera (Los Eternos queremos imaginarnos unas Olimpiadas donde puedas ver gimnasia rítmica de un lado, y del otro a unos skaters).

Las razones tienen que ver con querer ofrecer al público más joven actividades en las cuales se interesen y que estén acordes con los tiempos que estamos viviendo, en los cuales algunos deportes extremos, artes marciales y hasta formas de baile complejas se han ido popularizando y creando técnicas y profesionalismos que nada le piden a algunas otras disciplinas.

Por otro lado, las nuevas reglas del COI (Comité Olímpico Internacional) introducidas por primera vez para los Juegos de Tokio, dictan que las ciudades anfitrionas de las Olimpiadas pueden elegir deportes y proponerlos para su inclusión en esos Juegos si son populares en ese país y aumentan el atractivo del evento.

Esto es un claro intento por reposicionar a los Juegos Olímpicos como el evento más visto y esperado, no únicamente en su apertura, sino durante su transcurso. Y aunque nos parece una medida inteligente y que claramente se veía venir, incluir específicamente el breakdance puede desatar una ola de comentarios y opiniones.

Y es que entendemos la necesidad de rejuvenecer los juegos olímpicos, pero el breakdance, que hasta hace no tanto tiempo seguía siendo considerado como algo un tanto marginal, podría verse envuelto en una apropiación por la que ya muchas disciplinas o artes han pasado.

¿Cuál es la historia del breakdance?

El breakdance nace como un estilo urbano en Estados Unidos, y es un estilo de baile urbano que forma parte del movimiento de la cultura hip hop surgido en las comunidades latinoamericanas y afroamericanas en la barrios como el Bronx o Brooklyn de Nueva York a comienzos de los años 1970.

Es decir, que surge como parte de las comunidades que se consideraban ghetto hasta esos momentos, y a pesar de la gran difusión del estilo de baile, éste sigue formando parte integral de la identidad comunitaria de una población.

Y a pesar de la popularización del baile desde los años ochentas hasta hoy, podríamos llegar a ver un reclamo por parte de los breakdancers originarios por llevar una parte tan importante de la cultura ghetto hacia las esferas blancas que ya muchas veces han acusado de falsas y de querer apropiarse de su cultura.

¿Qué es la apropiación cultural?

Básicamente, entendemos por apropiación cultural la utilización de ciertos elementos pertenecientes a una cultura sin el consentimiento de los integrantes de la misma, y usualmente se practica con culturas históricamente minimizadas o reprimidas. Dos de los casos más sonados han sido: las trenzas africanas cuya historia y riqueza cultural no se ve reflejada en las nuevas portadoras que simplemente las llevan por moda; y el uso de las decoraciones típicas del sur de México en ropa de marcas internacionales que nada le retribuyen a sus verdaderas creadoras.

Es un problema porque toma elementos cargados de historia y de identidad y los transforma en aditamentos de la moda y el marketing, vacíos y con el único propósito de vender.

¿Se puede evitar la apropiación cultural?

Claro, y hacerlo es muy sencillo, de hecho para hacerlo únicamente necesitas del respeto básico por las otras personas. Cuando respetas a una persona escuchas de dónde viene y lo que tiene que decir, ése es un principio fundamental para entender el contexto y, por lo tanto, respetar la historicidad.

Ahora, popularizar algo perteneciente a un grupo no está mal, y puede incluso ayudar a la comunidad, pero para eso primero la comunidad debe estar de acuerdo. Además, debemos respetar los lineamientos que tienen respecto a aquello que querramos popularizar.

Otra cosa muy importante es darles todo el crédito y ganancias que se merecen, y si además ellos son los únicos que pueden practicarlo, respetar esa regla.

¿El breakdance debería dejarse de lado o no?

En este punto, la verdad es que es difícil decirlo. Elementos característicos de la cultura ghetto como el breakdance y la moda que J.Lo impuso en los años noventas y dosmiles han llevado a una revalorización de lo barrio, de lo latino y de lo afro.

Podemos pensar que no se ha tenido mayor problema con este sector, ya que sus mayores representantes siguen siendo personas que realmente representan y estuvieron inmersos en la cultura ghetto, siendo así respetada su identidad al tiempo que se populariza; será cuestión de que, en el caso de las olimpiadas, respeten el background cultural que llevan los bailarines/atletas y no desvinculen esta recién aprobada práctica de sus raíces.

Y ustedes cuéntenos, ¿les gusta el breakdance?, ¿creen que es apropiado para las Olimpiadas? ¡Queremos leerlos!

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